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El ritmo más exitoso no suena bien para ellas

Déjate querer, bebé,

déjate querer,

que tengo roto el corazón,

y me vuelves loco.

Yo sé que tú cuando dices que no

te deshaces por dentro,

ya ves,

no me puedes engañar,

lo sé muy bien.

Yo soy un hombre y tú una mujer

y cuando nos miramos el fuego

me quema y yo no sé

qué hacer...

Esta es la letra de una canción que suena cuando comienza nuestra obra REDES. De hecho, vemos el videoclip en el que aparece su autor, el cantante de moda Toni Rosso, cuyos mensajes inundan las radios y las pistas de las discotecas a las que van adolescentes como los protagonistas de REDES, Laura y César.

Toni Rosso es un cantante inventado, un personaje más de la obra, pero podría llamarse Maluma, Nicky Jam, Daddy Yankee, Luis Fonsi... Todos comparten los mismos códigos: letras con un mensaje cosificador de la mujer y con el sexo como protagonista indiscutible, mezclado, eso sí, con notas románticas que destilan asimetrías de poder en la relación, celos y control del hombre con respecto a ese objeto que posee, su chica. Así, Rosso lamenta que tiene “roto el corazón” y al tiempo habla del “fuego” que “le quema”.


Como cada fin de año, Youtube ha anunciado su ranking de videoclips más vistos. ‘Despacito’, de Luis Fonsi, encabeza el top internacional con más de 4.500 millones de visionados. De las 10 canciones, 7 son de artistas latinos. Parece que el mundo baila a ritmo de pop latino y reguetón, ¿pero qué nos dicen estos hits? Monopolizan las ondas y marginan a voces en las mismas coordenadas musicales que apuestan por el empoderamiento de la mujer y el discurso igualitario (Sara Hebe, Bomba Estéreo, Rebeca Lane, Tremenda Jauría…).

Como transmite Toni Rosso (“déjate querer, bebé”), los deseos de ellOs son los únicos que importan en las letras más escuchadas. No sabemos si ellAs están realmente interesadas en ellos, qué opinan de esa insistencia por conseguir sus objetivos (“llevo tiempo intentándolo”, “me voy acercando y voy armando el plan”), o si les gustan las órdenes recibidas (“si te pido un beso ven, dámelo”… “Chica pórtate bien”). La consecuencia fatal de esta suma de deseos unidireccionales es que el “no” se interprete como un “sí”, como el mensaje de Toni Rosso (“yo sé que tú cuando dices que no, te deshaces por dentro”) que cala en César, el protagonista de REDES.

Las/os adolescentes aplauden y cantan canciones en las que la mujer está descrita como un sujeto pasivo hipersexualizado que ha de atender a las demandas sexuales de un hombre controlador. ¿Es “solo” música? ¿Es mejor limitarnos al carácter lúdico de este producto cultural y no reflexionar sobre los valores tóxicos que transmite a las adultas del futuro? ¿No tiene impacto que en la edad de las primeras relaciones sentimentales y sexuales calen mensajes de este tipo?

Toni Rosso es un personaje de ficción, pero lo cierto es que su versión real copa la listas de éxitos musicales. Desde Delfoteatro apostamos por plantear a los/as adolescentes la posibilidad de deconstruir estos contenidos musicales y culturales en definitiva con pedagogía sobre los mitos del amor romántico y la identificación de las claves de una relación tóxica.


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