Obra de teatro ‘EL PARAÍSO’: Silencio y complicidad perpetúan la prostitución
Tras la representación de la obra "El Paraíso Ballroom Dance" el pasado mes de diciembre en el Centro Cultural Galileo de Chamberí volvió a surgir, como en ocasiones anteriores, un apasionado e interesante debate entre el público asistente. Y es que, para muchas personas, Paraíso es la obra de Delfoteatro que más remueve interiormente.
Son muchos los temas que la obra pone sobre la mesa a través de un ejercicio estimulante de contraposición de las dos parejas protagonistas para reflexionar sobre la igualdad real entre mujeres y hombres. Paraíso está ambientada en los años setenta pero resulta desalentador ver cómo muchas de las cuestiones planteadas, como la prostitución, siguen de lamentable actualidad.
El patriarcado, aunque en una versión menos coactiva, se reproduce entre las nuevas generaciones oculto bajo el velo del consentimiento. Sin embargo, tras estas teorías del consentimiento o la disposición, se ocultan componentes sociales tan importantes como el género o la clase. Como expone Ana de Miguel(1), la pregunta en este debate no debería ser si hay o no personas dispuestas a prostituirse, sino “¿por qué la mayor parte de las personas destinadas al mercado de prostitución son mujeres y no son hombres? ¿Por qué tantos hombres aceptan con normalidad que haya cuerpos de mujeres que se observan, se calibran y finalmente se paga para disponer ellos? ¿Cómo es posible que los hombres obtengan placer de personas que se encuentran en una situación de clara inferioridad y que, en general, sólo sienten indiferencia o asco por ellos?”. Pero este debate no es nada nuevo. Ya en 1921, Aleksandra Kollontái(2), emblema del feminismo socialista, se pronunció contra la herencia de la prostitución, denunciando el silencio y la indiferencia de la sociedad respecto a este problema. ¿No sigue ocurriendo lo mismo cien años después?
Es posible que, debido a este silencio y complicidad, se haya normalizado la prostitución y se obvien sus lazos con la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, una desgarradora realidad en la que el 95% de las víctimas son mujeres y niñas, según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad(3); una cifra que alcanzaría el 98% según otras organizaciones como APRAMP(4). Hace escasos meses saltaba la noticia de que España se encuentra entre los tres primeros países de Europa en demanda de prostitución y que es uno de los diez destinos más populares para el turismo sexual, compartiendo lista con Tailandia, Brasil o Indonesia. El Instituto Nacional de Estadística (INE)(5) expone que, en España, el 27,3% de los hombres que han tenido relaciones sexuales ha pagado por tener sexo con mujeres. A su vez, según la Asociación de Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida, España encabeza la lista de países europeos consumidores de prostitución.
Desde Delfoteatro a través de la obra "Paraiso Ballroom Dance" invitamos a reflexionar acerca de la importancia de la indiferencia y el silencio como agravantes del problema de la prostitución. Actualmente, el debate se centra en las mujeres prostituidas; no obstante, es fundamental comprender la prostitución como un problema multidimensional en el que la demanda masculina y la complicidad son elementos cruciales que ayudan a perpetuarlo.
De Miguel, Ana (2014): La prostitución de mujeres, una escuela de desigualdad humana. Dilemata, (16), 7-30.
Kollontái, Aleksandra (2016): Mujer y lucha de clases. España: El viejo topo.
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (2017): I Informe de seguimiento del Plan Integral de Lucha contra la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual.
APRAMP (2011): La trata de personas con fines de explotación sexual.
INE (2004): Encuesta de Salud y Hábitos Sexuales. Nota de prensa del 26 de julio de 2004.