Aprendamos de las que no se cansaron de intentarlo
En el informativo de las 15 horas de la televisión pública del pasado fin de semana entrevistaron en directo, en plató, a Sandra Sánchez, quien había ganado el campeonato del mundo de kárate unas horas antes, con 37 años. Además, le prepararon felicitaciones de parte de Mireia Belmonte (natación), Lidia Valentín (halterofilia) y Carolina Marín (bádminton), tres mujeres que han batido récords en sus disciplinas en los últimos años. Récords que llegan después de muchos años de sacrificio e invisibilidad mediática absoluta, porque los héroes deportivos nacionales son los hombres, fundamentalmente aquellos que se dedican al fútbol, el baloncesto o el tenis. Los medios de comunicación y las instituciones apenas han brindado referentes a las mujeres para invitarlas a profesionalizarse en el deporte.
Podemos extrapolar esta falta de referentes femeninos a cualquier profesión que no esté relacionada con los cuidados (médica, enfermera, maestra, cuidadora, limpiadora…). En los fogones, históricamente en manos de abuelas y madres, tampoco las más reputadas acaparan los focos, sino que son los cocineros, perdón ‘chefs’, los convertidos en auténticas estrellas de rock.
Si entramos en un aula de Primaria o Secundaria, será muy difícil que el alumnado pueda citar a una científica o investigadora que no sea Marie Curie, y aun a pesar de la fuerza de la Nobel polaca, la vocación por la rama científico-técnica de las adolescentes sigue en nuestro país muy por debajo de la tasa masculina.
En su apuesta por visibilizar a la figuras femeninas relevantes de nuestra historia, Delfoteatro ofrece al público infantil y familiar el cuentacuentos interactivo Herstory, para compartir los hitos de mujeres que siguieron el lema que Sandra Sánchez, campeona del mundo de kárate, ha repetido estos días en las entrevistas: “No te canses de intentarlo y conseguirás convertir lo imposible en realidad”.
Seguramente Marie Curie (1867-1934) creyó imposible ganar dos Premios Nobel en disciplinas diferentes (Física en 1903, Química en 1911), más aun siendo mujer, y convertirse así en la única persona que lo ha conseguido hasta el momento. La intrépida Amelia Earhart (1897-1931) no dudó en aceptar el desafío de convertirse en la primera mujer en sobrevolar el Atlántico en solitario en 1928, lo consiguió y años más tarde se propuso dar la vuelta al mundo, un vuelo que desafortunadamente nunca llegó a aterrizar. En el vocabulario de Earhart no tenía cabida la palabra imposible, sí el tesón y el valor. Valor tampoco le faltó a la primatóloga Jane Goodall (1934) para adentrarse en los años sesenta en un parque nacional tanzanés con el objetivo de descubrir los entresijos de la vida comunitaria de los chimpancés. Sin gps, móvil ni drones, Goodall se integró en su hábitat y su análisis antropológico ha completado las reflexiones sobre los vínculos evolutivos entre los primates y los humanos. Es probable que tras una infancia difícil marcada por hospicios e internados la diseñadora Coco Chanel (1883-1971) no se imaginase que el mundo de la moda ya no iba a ser el mismo desde que pensó en coger una aguja. Chanel propuso alternativas a los corsés que todavía ahogaban a las mujeres a principios del siglo XX y convenció de algo que puede resultar simple y anecdótico hoy en día, pero sin duda crucial y muy simbólico para todas: que la mujer puede llevar pantalón.
Curie, Earhart, Goodall, Chanel están presentes en el proyecto Herstory de Delfoteatro junto a otros nombres imprescindibles como Clara Campoamor, Gloria Fuertes, o Billie Holiday, entre otras… Mujeres que no se cansaron de intentarlo y que seguro que no pensaron que abrirían tantas puertas a las que hemos llegado años después.